La procastinación no me invade solo en tiempos de estudios. Oh, no.
Cosas que hice en vez de armar de una vez la puta valija:
- Conversar con mi abuela. Surgieron temas como la (mala)crianza de niños ajenos, las medidas de Ratzinger, una discusión acalorada acerca de la pertinencia o no de envolver los sandwiches en un repasador húmedo y otros apasionantes debates.
-Enterarme de que un pariente que no se si es mi tía o mi prima se compró un secador de pelo en Frávega/Garbarino/whatever y se ganó un auto 0 KM, desterrando para siempre mi ilusión de que "esas cosas están todas arregladas". Todo mi sistema de creencias tambalea.
-Venir a la computadora "para apagarla" y quedarme dos horas y media en www.guiaoleo.com calificando restaurantes y llorando porque solo en Palermo hay 722 y en toda Resistencia hay 10 y el lugar adonde voy a vacacionar, tres.
-Enviar un SMS desbordante de esquizofrenia y maldad. A la persona que amo (¿u odio?) Pero amo (¿o aborrezco?). Además, para ese touch de humillación, no fue contestado. (si, definitivamente es odio. Pasajero, pero odio al fin)
-Contestar un mail de Bestiaria que no requería respuesta porque ya era una respuesta a una respuesta de otra respuesta. (Qué palabra rara, "respuesta". Brrrrr...)
-Tomar sol para intentar camuflar este desastre que los demás, insensatos e insensibles, parecen ni siquiera notar. ¿Acaso son ciegos a las dermopigmentaciones anormales? Una persona no debe tener este color! Y menos solo hasta las muñecas!
-Limpiar la pileta con el coso ese largo que odio y rescatar heroicamente un insecto que, pelotudo como él solo y desestimando mi asistencia, se volvió a suicidar. Ya no lo salvé más, que se joda.
-Debatir en mi interior si llevo el blistercito que me queda de alprazolam o si esta es una buena ocasión para intentar dejar otra vez estas mierdas.
-Escribir este post.