Interrumpo la escritura de este post (y de paso lo borro, porque era una pelotudez) para anunciar que me muero de hambre y no tengo la menor intención de ir hasta abajo a cocinar ARROZ BLANCO, denigrante recomendación gastronómica de la doctora a raíz de la enterocolitis que me ha arruinado la tarde.
O sea, ¿malgastar mis nulas energías en la preparación del más insípido de los platillos? Quiero quejarme y quejarme hasta que algún vecino de buen corazón se le parta el ídem y me traiga una bandeja de mis bocadillos predilectos y podría comenzar con lastimeros gemidos o acaso gritos pelados.
Así es como consigo lo que quiero en la vida.
Y con sexo, pero no es muy atractiva la enterocolitis (a menos que seas tubgirl).
(googleá tubgirl. dale. y ya que estás; 2girls1cup. No me agradezcas.)
