sábado, 24 de noviembre de 2007

Silence is golden

Amo a todos los seres de la Tierra, pero no tolero lo que puedan decir a o de mi. No tolero el feedback. No se...quizás sea una dictadora en potencia. El aplauso me paraliza y la crítica me aplasta.

Es por eso que saco los comments. Todos mis flogs, blogs, instancias cibernéticas (?) se caracterizaron por la ausencia de ellos. Así me parece bien y jamás cambiaré de opinión, a menos que alguien me chantajee con un suculento obsequio, que podría ser un pasaje a París o dos pasajes a París.
Pero pensandolo bien es una especie de fobia porque tampoco uso Messenger (ni ningún cliente de chat) y para contestar un mail tardo entre tres horas y un milenio.

Pero, repito, amo a todos los seres de la Tierra y soy bastante sociable. Simplemente que no me gusta que acoten cuando hablo sola. Para mi tener un blog es un regocijante momento de actividad mejor disfrutada a solas, como cantar bajo la ducha o masturbarse.

Razón #43499 por la que Chaco siempre será una gran bola de estiércol

Te vas a un bar, un pub o una pizzería o esos insclasificables lugares-para-comer que tanto abundan en la Aldea en que vivo y al momento de ordenar la bebida, el mozo o inepto-y-sumiso-ser-que-atiende te pregunta, como si no adivinara la respuesta:

mozo: ¿Qué van a tomar?
comensal 1: Coca-Cola
mozo: Mmh-mmh (que en su protolenguaje significa "sí, lo recordaré")
comensal 2: A mi traeme agua mineral, con gas
mozo: Mhm-mmh
YO, LA SUBLIME Y SIEMPRE EN LO CORRECTO: (adelantándome a la terrible realidad) ¿Tenés "Corona"?
mozo: (con cara de mandril acéfalo): ¿Eeeeeeeeeh?
YO, LA TODOPODEROSA Y PACIENTE: "Corona", la cerveza...

Ahí el mozo esgrime las palabras más temidas del idioma español y las más implacables:

"No, no trabajamos esa marca"

Y de inmediato añade, para hacer más caótica la escena y más inaguantable mi vida toda:

"Pero tenemos Quilmes, Brahma y asdflasjdkf, dlafkdsfa"

Comienza a enumerar cervezas paupérrimas ante mi cara de desilusión, espanto e ira progresivos.

En el tristísimo caso de ni siquiera contar con una Stella Artois o Heineken culmino tan demencial charla con un "no, dejá nomás" y, de estar en avanzada etapa de abstinencia alcohólica, lanzo el desesperado "Bueno, traeme una Brahma".

Por supuesto, llego a mi casa y me autoprovoco el vómito.

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